miércoles, 3 de agosto de 2011

Grandes innovaciones urbanísticas en el Madrid de Carlos III (IIª parte)


En su libro El futuro Madrid, Fernández de los Ríos que no perdonaba prácticamente nada a los reyes de España, tanto a los Austrías como a los Borbones, hace una excepción y escribe:
Carlos III " hizo más por la capital  que sus siete antecesores, desde que Felipe II se fijó en Madrid." Aparte de que sólo cuento seis antecesores en el trono desde Felipe II, conviene reconocer que en época de Felipe V y de Fernando VI, se hicieron planes y proyectos de un importante cambio urbanístico.

Los que prepararon mejoras y obras en la Villa de Madrid antes de la llegada de Carlos III al trono de España.

Unos arquitectos trabajaron para la Villa de Madrid antes de la época de Carlos III y tuvieron una gran influencia en las obras  o mejoras que luego se harían durante el reinado de este último:
 - Teodoro Ardemans (1661-1726) en 1691 proyectó el ensanchamiento del camino de Alcalá y, en 1719, escribió ordenanzas para el bienestar de los madrileños y el saneamiento de la ciudad.

Otros arquitectos hicieron proyectos en época de Fernando VI y continuaron trabajando con Carlos III: 
 - Ventura Rodriguez (1717-1785), a petición del marqués de la Ensenada, presentó proyectos y maquetas para la Real Casa de Correos, con grandes reformas de la Puerta del Sol, y proyectó el Hospital General de Atocha, siendo sustituido por otros arquitectos para su realización, aunque sí pudo realizar otras obras para la urbanización de la Villa. Pero en particular, trabajó como ayudante de Juvarra y de Sacchetti para los proyectos de construcción del Palacio Real nuevo que estaba casi completa  cuando en 1760 pasó a manos de Sabatini que la terminó en 1764.
 - José de Hermosilla y Sandoval (1715-1776) ya había proyectado un eje Recoletos-Atocha con el futuro Salón del Prado y siguió trabajando en ello durante el reinado de Carlos III.  También empezó a hacer los cimientos del Hospital General de Atocha y la obra que se elevó hasta el techo principal será traspasada a Francesco Sabatini que tampoco, antes de morir, la pudo terminar  por problemas económicos.

Retrato que ilustra la obra de Beatriz Blasco Esquivia, estudio del facsimil de Gobierno Político de las Fabricas de Ardemans. La autora señaló que, hoy, se pone en duda que sea la copia de un auténtico autorretrato 


Ordenanzas de Ardemans para el Gobierno político de las fabricas


Ventura Rodríguez (1784)
Retratado por Goya
Museo de Estocolmo


Proyecto de José de Hermosilla y Sandoval para los paseos del Prado, Recoletos y Atocha de Madrid (1767)
Documento de la Biblioteca Nacional de España 



Saneamiento, acantarillados, empedrado y alumbramiento
  
Carlos III se quedó horrorizado cuando llegó desde Italia a la Villa por el estado de suciedad y mal olor de sus calles, llenas de aguas fecales y en las cuales no se podía deambular sin temer recibir el contenido de orinales o palanganas de desperdicios al grito de ¡Agua va! No es de extrañar, ya que en Francia hasta el siglo XX, en los barrios populares se conocía este grito de ¡Gare à l'eau! y en Edimburgo gritaban Gardy loo! expresión derivada del francés. Ardemans ya había publicado ordenanzas sobre aguas residuales  de las viviendas, pero sin desarrollar suficientemente las exigencias. Durante años, Carlos III no se resignaba a vivir en la Corte,  prefería residir por temporadas en San Lorenzo del Escorial, Aranjuez o El Pardo, lo cual le impulsó a tomar acción a través de hombres capaces de hacer las reformas convenientes, como José de Hermosilla y Francesco Sabatini.

"La consideración del Paseo del Prado como marco urbano de la ciudad de Madrid no se dio hasta el reinado de Carlos III, momento en el que se inició la transformación de la zona y su acondicionamiento como una de las principales vías de la capital. Bajo este reinado se puso en práctica el proyecto del ingeniero José Hermosilla para nivelar el terreno del Prado en sus tres partes, llamadas de San Fermín, San Jerónimo y de Atocha, con este proyecto se construyó una mina subterránea para un gran colector que encauzará las aguas del arroyo, desde la puerta de Recoletos en la zona de la actual plaza de Colón hasta la de Atocha, obra que se complementó con la construcción de un colector en Atocha, todo lo cual permitió terraplenar y allanar el terreno del Prado."
Anexo 08 Estudio arqueológico informativo de las obras de nuevos aparcamientos subterráneos en la Plaza de la Lealtad

Cuando Carlos III llegó a la ciudad encontró multitud de deficiencias: Madrid era una población grande en la que algunos edificios singulares hacían resaltar aún más la pobreza y fealdad de la mayor parte del caserío. Tenía la merecida fama de ser la ciudad más sucia y pestilente de Europa. Si de día no era agradable pasear por las calles, de noche era temerario, sin más alumbrado que la mortecina luz de algún retablo o imagen piadosa. Faltaba un control de la población y el traje popular con sus grandes sombreros y amplias capas dificultaban cualquier identificación. Para realizar sus planes de urbanización de la Corte, Carlos III hizo venir de Nápoles a Francisco Sabatini, y con gran celeridad redactó un programa de reformas urgentes (Instrucción para el nuevo empedrado y limpieza de las calles de Madrid, 1761), entre las que se encontraban la construcción de un pozo séptico en cada casa (que se limpiaban de noche y sus desechos eran sacados en unos carros cerrados, que el pueblo bautizó irónicamente como las Chocolateras de Sabatini), construcción de canalones para las aguas de lluvia y de conducciones interiores para las aguas sucias. Las basuras se trasladan fuera del casco urbano y se depositan en parajes determinados en lugar de arrojarlas a la vía pública. Se construirían aceras con cargo a los propietarios; se prohibía que deambularan por la calle cerdos y otros animales.
 El alumbrado nocturno había sido objeto de otras disposiciones en los reinados anteriores, pero muy mal cumplidas. En 1765 se dictó una nueva, que sustituía la obligación de los dueños de casas de tener encendidas lámparas de aceite por la de contribuir con 64 reales anuales por finca, con cuyo producto la municipalidad costearía más de dos mil faroles públicos desde el 15 de octubre al 14 de abril. Estas reformas, aunque necesarias, no fueron del agrado de todos, porque se autorizó a los dueños de casas a repercutir las mejoras de limpieza y alumbrado en el precio de los alquileres.
Carlos III Rey Alcalde de Madrid Biblioteca Regional de madrid Joaquín Leguina (Exposición de Marzo a Julio 2010)


"Por los años de 1761, presentó á S. M. el ingeniero Don Francisco Sabatini un proyecto para la limpieza y empedrado de Madrid, que fue aprobado por real orden de 14 de mayo de dicho año, en el que se disponía entre otras cosas, que el empedrado de las calles se había de hacer á costa del público, toda vez que ya se mandaba en el mismo la colocación de baldosas en los frentes y costados de las casas. Tambien dispuso S. M. en real orden de 31 de mayo de 1761 que la villa de Madrid destinase con la calidad de por ahora de sus fondos de propios, para la ejecución del empedrado y limpieza de las calles, la suma de 250,000 reales anuales; y por otra real orden anterior de 22 de setiembre de 1746 y posteriores resoluciones, consignó en los caudales de sisas de Madrid L.053,400 rs.,  para dicho objeto y otros gastos ordinarios y estraordinarios de la causa pública. " 
Diccionario de Madoz

Se instauraron los Alcaldes de Cuartel y los Alcaldes de Barrio.
En octubre de 1768, a propuesta de Aranda, el rey Carlos III aprueba una Real Cédula por la que "se divide la población en ocho cuarteles, sellando un Alcalde de Casa y Corte y ocho Alcaldes de Barrio para cada uno". Cada uno de estos alcaldes de cuartel, ayudado por dos porteros, cuatro alguaciles y los ocho alcaldes de barrio de su demarcación serían "responsables de su tranquilidad y de perseguir los delitos que se cometan en él". Debían ser "vecinos honrados" del propio barrio y el método de elección era el mismo que el de los diputados y síndicos personeros. Cada mes de diciembre se celebraría la elección, presidida por el alcalde de cuartel, y el elegido juraba su cargo, de un año de vigencia, el 1 de enero. Sus atribuciones eran amplísimas: matricular a todos los vecinos y a los foráneos que llegasen al barrio; cuidar de la limpieza de calles y fuentes, ocuparse del buen estado  del alumbrado, vigilar las posadas, mesones, tabernas y figones, supervisar los pesos y medidas de las tiendas de comestibles, "atenderán la quietud y el orden público, y tendrán jurisdicción pedánea para hacer sumarias en casos prontos, dando cuenta al Alcalde de Cuartel", recoger a los pobres y pordioseros para llevarlos al Hospicio, y a los niños abandonados para que se pongan a aprender oficio o a servir".
Historia de España en la Edad Moderna de Alfredo Floristan Imizcoz


También se empezó a vigilar la ciudad de noche y se atribuyó este cometido a serenos. Todas estas mejoras cambiaron el aspecto exterior de la ciudad y de sus calles que dejaba tanto que desear.


La decoración interior del Real Monasterio de la Encarnación  (1755-1767) así como la reforma y decoración del interior de la Colegiata de san Isidro (1767-1769) por Ventura Rodríguez 


Cúpula del Real Monasterio de la Encarnación
Obra de Ventura Rodríguez
Foto Håkan Svensson (Xauxa) Wikimedia Commons

 Retablo del altar mayor de la Colegiata de San Isidro el Real por Ventura Rodriguez
Foto de la web Viendo Madrid www.viendomadrid.com


Perspectiva del coro de la Colegiata de San Isidro el Real
con el retablo del altar mayor de Ventura Rodríguez
Foto de la web Viendo Madrid www.viendomadrid.com

Sólo nombraremos sin detalles el trabajo de decoración interior del Real Monasterio de la Encarnación y la reforma y decoración del interior de la Colegiata de san Isidro (retablo del altar mayor y nuevo presbiterio) realizados por Ventura Rodríguez porque, siendo interiores, no pertenecen verdaderamente al concepto de  paisaje urbano matritense. Sin embargo, la decoración, mantenimiento  y restauración interiores participan al mantenimiento exterior de un edificio. 
 


La Real Casa de Correos (de 1760 a 1768) 

 La Casa de Correos de Madrid, actual sede de la presidencia de la Comunidad de Madrid
Foto J. L. De Diego para dominio público Wikimedia Commons

Esta obra se realizó entre 1760 y 1768. Anteriormente, Ventura Rodríguez había hecho proyectos para esta Casa de Correos y tenía intención de derribar dos manzanas (205 y 206 de la Planimetría General de Madrid) a fin de liberar un gran solar. Incluso había previsto los materiales a utilizar. Sin embargo, el rey Carlos III puso la obra en manos del francés Jacques Marquet que, por cierto, recibió  numerosas críticas negativas bastante injustas por parte de los madrileños. El proyecto de Ventura Rodríguez mostraba un solo patio, en cambio Marquet incluyó dos. El estilo es neoclásico con ladrillo y blanca piedra de Colmenar.


Proyecto de Jacques Marquet para la Real Casa de Correos


En el siglo XIX, la Casa de Correos dejó lugar al Ministerio de la Gobernación.  El edificio tuvo una torreta de telégrafo óptico en 1848, pero pronto el invento del telégrafo eléctrico lo hizo innecesario.  


 Torre telegráfica de la Casa de Correos
Wikispace Telegrafía óptica


La casa de Correos con su torre de telégrafo
Madrid en la Mano de Pedro Felipe  Monlau
 

Durante un tiempo el edificio tuvo dos torres, la del telégrafo y otra delante de ella construida en 1855 para el reloj. Éste reemplazaría el de la iglesia del Buen Suceso que había sido derribada. Se utilizó  la torre telegráfica para verificar la hora con un sistema bastante elaborado. El jueves 4 de diciembre 1856 en  el periódico de la tarde El Genio de la Libertad leemos:
Por la subsecretaria del ministerio de la Gobernación se ha publicado el aviso siguiente:
"Con objeto de que se verifique, según está mandado, el arreglo de los relojes públicos de esta corte al tiempo medio civil, se hace saber a las personas encargadas de éstos, que desde el día 1º de diciembre próximo podrán observar la señal dada por el observatorio astronómico al paso del sol medio por el meridiano.
Cinco minutos antes de las doce servirá de señal preventiva la subida de una bola negra a la parte más elevada del aparato de la torre telegráfica situada en este ministerio. En el momento del pasado del sol medio por el meridiano del observatorio; una corriente eléctrica, enviada desde aquel establecimiento, hará saltar instantáneamente el gatillo del disparador de la bola, y esta descenderá con movimiento acelerado y uniforme.
Un reloj bien arreglado al tiempo medio civil debe señalar las doce en el momento en que la bola empiece a descender.
Madrid 25 de noviembre de 1856.
El subsecretario, Antonio Gil de Zárate


Recorte de El Genio de la Libertad Jueves 4 de diciembre de 1856 Crónica de Madrid


 La antigua torre telegráfica y la torre del reloj
Wikispace Telegrafía óptica
 
El primer reloj jamás funcionó y, aunque la torre del telégrafo  cumplía marcando correctamente el mediodía con la bajada de la bola, nadie ya se preocupaba de mirarla. L
a instalación del segundo reloj por Losada en 1866 fue un éxito y éste funcionó perfectamente hasta hoy.  La torre del antiguo telégrafo sería quitada en 1868.
El edificio albergó la Dirección General de Seguridad en 1939 y, más tarde, fue la sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid.


El Hospital General de Madrid en Atocha  (hoy Museo de Arte Contemporáneo Reina Sofía y Conservatorio de Música) 

  • El primitivo Hospital General  en Atocha (siglo XVI)
Existió en el siglo XVI y en época de Felipe II un albergue real con función de hospital, en un atochar de la zona sur de Madrid cercano al viejo santuario de la Virgen de Atocha. Este gran albergue, como muchos otros, eran gestionados y financiados por don Cristobal Pérez de Herrera (1556-1620), protomédico del rey. Éste había tenido la idea de  que se construya un edificio muy amplio con la intención de alojar  a los hombres enfermos ya agrupados en el insuficiente hospital general de la calle Prado y en las casas de Santa Catalina de Siena que transcurrían por la carrera de san Jerónimo, así como a las mujeres enfermas en el pequeño hospital de la Sagrada Pasión que estaba cerca de la iglesia san Millán desde el siglo XV.  El edificio proyectado ofrecería suficiente sitio para los dos cometidos de gran hospital y albergue para pobres y mendigos. Se convirtiría en el hospital general de Madrid en Atocha en el siglo XVII. 

En su libro, "Discurso de Amparo de los legítimos pobres…", Pérez de Herrera describe que había encontrado el sitio idóneo para edificar un albergue para los pobres. Era en el camino que iba a la iglesia de Nuestra Señora de Atocha, "azotada por vientos saludables y con un arroyo cercano de aguas puras". Consideraba, además, que había la posibilidad de hacer un gran Hospital General  junto a dicho Albergue, pues habría sitio suficiente.  (Archivos Españoles de Urología v.59 n.7 Madrid sep. 2006)



Archivos españoles de urología


No se encuentra documentación sobre quien fue el arquitecto que lo realizó, aunque en su tesis doctoral "De Hospital a Museo", Mª Dolores Muñoz Alonso encuentra bastantes pistas que llevan a creer que pudo ser Francisco de Mora. La primera piedra se puso el 8 de septiembre de 1596. En 1606, los hombres enfermos del hospital general de la calle Prado fueron allí trasladados en la división que estuvo puesta bajo la advocación de la Asunción y San Roque. Las enfermas de la Pasión no tuvieron sitio hasta que, en 1636, se las instalase en casas contiguas, propiedad del corregidor Juan Luis Gaytan de Ayala. El conjunto formado se llamó Hospital General y de la Pasión en el siglo XVII.
 
Se ve el viejo hospital general de Atocha en el plano de Madrid de Texeira de 1656, pero nadie tenía idea de como era.  En 2008, un artículo de El País reveló que se había descubierto, en un rincón perdido del castillo de Manzanares el Real, una pintura de 1643, muy dañada, que lo representaba. A pie de ella, una cartela indica que se trata de una procesión de una imagen el día de la Candelaria que tuvo su principio en el año 1582. Personalmente, al leer la cartela, creo que si  se trata del Hospital General  y de la Pasión de Atocha, la procesión retratada no pudo ser del 2 de febrero de 1582, como lo dice el artículo de El País, ya que este hospital fue fundado en 1596.  Añade la cartela que la procesión de la imagen anteriormente pasaba delante del hospital general cercano al convento de Santa Catalina de Siena (calle del Prado y carrera de san Jerónimo) con un recorrido diferente: Iba hasta el convento de San Felipe el Real, convento de monjes agustinos calzados, situado al comienzo de la calle Mayor, en lugar de ir a Nuestra Señora de Atocha.

 Hospital General de Atocha y procesión de la imagen de Nuestra Señora de Madrid
en el día de la Candelaria (2 de febrero)
Foto y texto incluidos en la tesis doctoral de Mª Dolores Muñoz Alonso "De Hospital a Museo" 2010

Curiosamente este cuadro se había conservado en el viejo Hospital General y de la Pasión, así como en el que lo reemplazará en el siglo XVIII. La pintura fue restaurada en 1865 a petición del director del hospital y fue enviada por la Diputación General de Madrid al castillo de Manzanares el Real donde cayó en el olvido más absoluto. Hoy pertenece a la Comunidad de Madrid. La imagen en cuestión era en realidad Nuestra Señora de Madrid que hoy se encuentra en la Parroquia de San Vicente Ferrer. La imagen siempre fue venerada en los hospitales generales de Santa Catalina (1582) y de Atocha (1608).



Nuestra Señora de Madrid o Virgen de la Candelaria
Web de la Parroquia de San Vicente Ferrer


  • El Nuevo Hospital General y de la Pasión de Madrid en Atocha (siglo XVIII de 1758 a 1807)
Ya en época de Felipe V se hacía muy necesaria una importante obra hospitalaria y la unión de los diversos hospitales de Madrid. El viejo hospital de Atocha estaba muy abandonado e insuficiente. Fernando VI lanzó la obra. Durante su reinado y el de Carlos III, intervendrán tres arquitectos consecutivos:

La Junta de la Real Congregación de Hospitales había pedido trazas para el edificio a Ventura Rodríguez quien, al presentar su proyecto, escribe:
“… la fachada principal quedaría irregular por razón del declive en la calle de Atocha; y en figura de cuña, esto es baja o angosta en el extremo de la esquina de la Galera, y alta, o ancha en la esquina opuesta hacia el paseo; cuya desproporción y fealdad, se salva en mi dibujo, con la lonja que en él se de muestra, sirviendo como de hasa al todo del edificio, y de suerte, que pueden llegar los coches hasta la puerta y entrar en el hospital" (…)
"… también tuve presente, que este edificio no debe ser de aquellos en que la delicadeza y ornatos apurasen los primores de la Arquitectura, pero sí de extensión y capacidad, bastante con las ventilaciones y comodidades necesarias; que en la misma sencillez de su construcción, manifestase el buen gusto, simetría y proporciones, y que en el tiempo del feliz reinado de Su Majestad tenía un vasallo humilde, lleno de gratitud y de reconocimiento, que procuró unir todas estas partes al modo de la gran casa de Inválidos de París, en la que resplandece este bello orden"

"(Manuscrito sobre los planos del hospital de Madrid". Madrid, 1756. Biblioteca Nacional de Madrid. Sección de Manuscritos, mss. 9927)
 
Ventura Rodríguez se preocupó de eliminar las diferencias de cotas del entorno con una lonja, pero la Junta rechazó sus propuestas y confió la obra a José de Hermosilla. Éste la empezó en 1758 continuando durante 11 años y, mientras tanto, no se cerró del todo el viejo hospital y albergue que siguió adosado al nuevo edificio.  Después de muchos problemas con la Junta de Dirección y Gobierno de los Reales Hospitales en lo que concernía las contratas y financiación, la Junta votó y destituyó a Hermosilla. La obra se puso en manos de Sabatini.

¿Qué hizo realmente Hermosilla? Responde el propio Sabatini, en un manuscrito aunque se haya ignorado muchos años esta afirmación.
"Hermosilla inició y dirigió las obras, hizo los cimientos y elevó el edificio en algunas partes hasta el techo principal, siendo Sabatini el encargado de terminar las obras de lo existente" 
(Carlos Sambricio. "José de HermosilIa y el ideal historicista en la arquitectura de la Ilustración". Revista Gaya. Número 159. Madrid, noviembre-diciembre, 1980. pp. 140-151)
 
Sabatini reemprendió pues la obra empezada por Hermosilla  con nuevos planes de monumental envergadura y muy costosos, que incluso contemplaron una gran basílica. Tal vez, se inspiraba de proyectos de Ventura Rodríguez, aunque éstos no se conservan para poder afirmarlo. Mientras tanto, trabajaba en otros proyectos importantes para la Villa de Madrid, como puertas y la casa de la Aduana.

Fachada lateral y secciones longitudinal y transversal del Hospital General de Madrid 
Archivo del Palacio Real

El Hospital General del siglo XVIIII 
Detalle de la Maqueta de León Gil de Palacio

 Pasillos del Hospital General de Atocha
Web del Opus Dei

Un patio del Hospital General de Atocha (1781) y una de las dos fuentes originales de Sabatini
Web del Opus Dei

Los proyectos de Sabatini no se realizarán más que hasta las  dos quintas partes por problemas económicos particularmente.  El hospital abrió sus puertas para funcionamiento de la parte construida en 1781, ofreciendo 1561 camas. Incluso el Colegio de Cirujía  de  San Carlos se alojó en sus sótanos hasta el siglo XIX. Más tarde, a la muerte de Sabatini en 1797, la obra pasará a manos de Juan de Villanueva que poco pudo hacer con su equipo. La Junta no tenía fondos para pagar a los técnicos y se aceptó la ayuda del arquitecto Silvestre Pérez para poder acabar. No se saldaron los pagos de las cuentas finales hasta 1807.  El Hospital General de Madrid era una gran obra sin acabar. Las tres partes del edificio - el viejo hospital-albergue, la Pasión y el nuevo Hospital General - nunca llegaron a unificarse. Médicos y enfermeros iban de un lugar a otro constantemente y con muchos inconvenientes.

En 1780, a instancias del cirujano Antonio Gimbernat y Arbós, el Colegio de Médicos tuvo derecho a un edificio propio en el solar de La Pasión, edificio proyectado por el arquitecto Isidro González Velázquez que se acabará en 1840. En el siglo XX, el Hospital General que ya se llamaba Hospital Provincial de Madrid dejó su función para transformarse en el Museo de Arte Contemporáneo Reina Sofía y en el Conservatorio de Música. Los enfermos fueron trasladados al Hospital Francisco Franco que será, más tarde, el Hospital Gregorio Marañón.

Se recomienda ver la web Espacio de Raúl sobre este hospital: 
http://matritense20.wordpress.com/2010/05/10/la-institucion-del-hospital-general-creado-en-1587-madrid/



Fuentes: Beatriz Blasco Esquivias Estudio de Teodoro Ardemans sobre Ordenanzas Urbanas de Madrid (1719), Biblioteca Nacional de España, Estudio Arqueológico informativo de las obras de nuevos aparcamientos subterráneos en la Plaza de la Lealtad, Diccionario de Madoz, Carlos III Rey Alcalde de Madrid Biblioteca Regional de Madrid Joaquín Leguina (Exposición de Marzo a Julio 2010), Historia de España en la Edad Moderna de Alfredo Floristan Imizcoz, Wikipedia y archivo de Wikimedia Commons, Wikispace de Telegrafía óptica y Amigos del telégrafo, Madrid en la Mano de Pedro Felipe  Monlau, Archivos españoles de urología, Periódico vespertino El Genio de la Libertad, Web de la Parroquia de San Vicente Ferrer, María Dolores Muñoz Alonso "De Hospital a Museo", Carlos Sambricio "José de Hermosilla y el ideal historicista en la Arquitectura de la Ilustración" Revista Gaya, Carlos Sambricio "El Hospital General de Atocha en Madrid, un gran edificio en busca de autor", Web del Opus Dei, Ilustre Colegio Oficial de Médicos, Colaboración amistosa.


(Continuará)

Anne Barcat

jueves, 14 de julio de 2011

Grandes innovaciones urbanísticas en el Madrid de Carlos III (Iª parte)



 Carlos III, retrato de Mengs
Museo del Prado
Foto del dominio público


Carlos III, hijo de Felipe V y de su segunda esposa Isabel de Farnesio, rey de Nápoles y de Sicilia, heredó el trono de España  en 1759 al morir su medio hermano Fernando VI. No entraremos en demasiados detalles de su vida ni privada ni política porque es mucho más importante estudiar las obras y mejorías que se hicieron en Madrid durante su reinado. Se le consideró el mejor alcalde de la capital, no sólo por los monumentos o edificios que mandó construir, sino también por todos los cambios que aportó a la ciudad para su mayor comodidad. Empezaremos con la tan famosa Puerta de Alcalá, no porque sea la primera obra ejecutada en su reinado sino porque fue erigida en honor de su subida al trono y es la más emblemática. Veremos la historia de las primitivas puertas de Alcalá que la precedieron.



Las primitivas puertas de Alcalá

 Las primeras puertas de Alcalá, como todas las puertas del pasado, tenían como función impedir la entrada a Madrid sin control de las mercancías. La más antigua puerta de Alcalá se llamaba Puerta de la Peste de la calle de Alcalá porque fue elevada en 1580 a nivel del Camino de Alcalá esquina con Barquillo durante una pandemia de peste. Era tripartita. Sufrió luego unos cambios de situación en 1599, adelantándola más cerca del centro para la entrada de Margarita de Austria. En 1636,  se eleva una nueva puerta de la cual se conserva el diseño.  Tiene entonces un solo arco. Al final del siglo XVII, vuelve a tener tres vanos como la vieja puerta del siglo XVI, bajo influencia de Ardemans que trabaja en el ensanchamiento de la calle de Alcalá.  Sujeta  a muchas reformas, persistirá hasta 1770. Será la última puerta de Alcalá anterior a la que conocemos hoy:


Portada de la Puerta primitiva de Alcalá inaugurada en 1636
con Nuestra Señora de la Merded en el centro arriba,
San Nolasco y la Beata María Ana de Jesús
Tiene un solo arco



 El Real Sitio del Buen Retiro con la puerta de Alcalá de un solo arco adosada a sus muros
Jusepe Leonardo
Plano de Texeira (1656) Puerta de Alcalá de 1636


Ahora podemos ver, en la siguiente foto, la puerta de 1636 reformada a finales del siglo XVII y lo estrecha que era la calle. En esta parte este, la calle  de Alcalá todavía se llamaba Camino Real de Aragón y Cataluña. La puerta sigue encajada entre el palacio del Buen Retiro y el Real Pósito de los Recoletos aunque ya tenga tres arcos. Más tarde, en 1691, se encargará a Teodoro Ardemans  acondicionar el entorno.

 La puerta de Alcaláa finales del siglo XVII
pegada al Parque del Retiro y al otro lado al Real Pósito del Prado de Recoletos.
Vuelve a ser tripartita.
Imagen presentada en Urbanity.es por Ricardo Ricote

Ver Precisiones y nuevas aportaciones sobre la primitiva Puerta de Alcalá. Del Arco de Cajés a la propuesta de Ardemans de Concepción LOPEZOSA APARICIO: 
http://www.ucm.es/BUCM/revistas/ghi/02146452/.../ANHA0404110181A.PDF 


 Plano de Nicolás de Fer (1706)
Se ve perfectamente dibujada la puerta de Alcalá de 1636 reformada entre el Buen Retiro y el Pósito


Antonio Joli pintó esta puerta en un bonito cuadro, en 1750.  Se llama Vista de la calle de Alcalá. La calle de Alcalá había sido ensanchada desde el centro de la Villa como se ve en el Plano de Nicolás de Fer y otros posteriores, pero sigue muy estrecha a nivel del Paseo del Prado-Recoletos. Vemos la puerta muy lejos y cerca de ella se distingue una gran plaza de toros blanca. Felipe V detestaba las corridas que se desarrollaban en la Plaza Mayor; desde la que se celebró a su regreso de la campaña de Portugal en 1704, las había prohibido; Ardemans, que había sido encargado  entonces del acondicionamiento de la Plaza Mayor para la fiesta, demostró ser un diligente Maestro Mayor en arquitectura y urbanismo; por esta razón, el rey le pidió de nuevo seguir con las reformas de la plaza que representaban un largo y complicado trabajo en prevención de una fiesta taurina que se celebraría el 30 de julio de 1725 en honor de la llegada de la Infanta Doña Ana Victoria a la Corte. Pocos meses después de la fiesta, Ardemans falleció y el rey mandó construir una plaza de toros en las afueras del centro. Es la que se ve en el cuadro junto a la antigua Puerta de Alcalá. Más tarde, en 1770, se decidió derribar la puerta para prolongar el ensanche de la calle de Alcalá hacia el este. La plaza de toros, a pesar de unas reformas, siguió abierta en este lugar hasta 1874. Lo que retrató Joli se ve perfectamente en el plano de Chalmandrier de 1761.

Vista de la calle de Alcalá
Óleo de Antonio Joli Museo de Bellas Artes de san Fernando
Foto Anne Barcat

Plano de Nicolás Chalmandrier (1761)
La puerta de Alcalá y la plaza de toros


La actual Puerta de Alcalá (1778)

La Puerta de Alcalá construida  para conmemorar la llegada al trono de Carlos III
Wikimedia commons para dominio público

 
Cuando Carlos III llegó al trono de España en 1759 , quiso levantar una nueva puerta de Alcalá monumental. Para tal menester había que derribar la anterior puerta con intención de elevar la nueva puerta más hacia el exterior de la ciudad. Ventura Rodríguez, Hermosilla y Sabatini presentaron sus proyectos y fue  uno de los proyectos de Sabatini el elegido.  Tenía fuerte influencia italiana y estaba inspirado por diseños que había hecho Miguel Ángel para el Capitolio de Roma y otros más. El proyecto no se realizó completamente hasta 1778, pero como dice la canción de Ana Belén y Victor Manuel "Allí está la puerta de Alcalá".

Todas las propuestas de Sabatini para la nueva Puerta de Alcalá

La puerta tiene casi 20 metros de altura. Es de granito de Segovia con adornos de piedra  blanca de Colmenar. Consta de cinco vanos con tres arcos grandes centrales de medio punto para el paso de los carruajes y dos arcos menores laterales para el paso de los peatones. La puerta se encuentra en la una cañada real (Cañada Real Galiana) por lo cual es vía pecuaria y durante siglos las ovejas pasaban por ella. Da constancia de ello, un mojón que indica este derecho de paso para los rebaños. Hoy el paso se queda  simbólico y las ovejas ya  sólo van hasta la Plaza de Cibeles donde se dan la vuelta para seguir su camino en las afueras de Madrid. Sin embargo, yo las vi pasar hace unas décadas por la calle de Alcalá más allá de la Plaza de Toros de las Ventas donde había otro mojón que desapareció, cosa muy reprensible. Siento no haber hecho una fotografía que dé constancia de su existencia.

Mojón de la Plaza de la Independencia que acompaña la Puerta de Alcalá
Foto Tamorlan Wikimedia Commons


El paso de las ovejas por la calle de Alcalá para reemprender su transhumancia (2007)
Foto Anne Barcat


Las dos caras de la puerta de Alcalá son totalmente diferentes. En la cara oeste se ve una inscripción en el frontón triangular: REGE CAROLO III ANNO MDCCLXXVIII”. En el lado este del mismo frontón, a la inscripción se añadió el escudo borbónico con el Toisón de oro. La cara este tiene 10 columnas jónicas de influencia italiana, la otra mirando al  oeste conserva dos pares de columnas en el arco central y 6 pilastras. El proyecto final de Sabatini es la fusión de varios presentados. La puerta es neoclásica y las esculturas ornamentales son barrocas. En éstas, intervinieron dos escultores: Francisco Gutiérrez para la cara exterior y Roberto Michel para la cara interior.

Frontón lado oeste de la Puerta de Alcalá
Wikimedia Commons foto de Håkan Svensson (Xauxa)


Frontón lado este de la Puerta de Alcalá
Escudo borbónico con la Fama sin trompeta y un genio con aspecto de niño
Foto Edescas2 Wikimedia Commons

La puerta no estaba exenta en esta época. Seguía adosada a una cerca que impedía la entrada libre a la ciudad en la parte este. En 1869, se derribó la cerca y el concejal y urbanista Ángel Fernández de los Ríos diseñó a su alrededor una gran plaza circular, dándole por nombre Plaza de la Independencia.

Hoy conserva impactos de origen indeterminado: unos historiadores como Pedro de Répide los atribuyen a la llegada de los Cien mil hijos de san Luis llamados por Fernando VII sin que sea comprobado, otros a la Guerra de Independencia,  o a la muerte de Eduardo Dato. Las balas vienen de varias direcciones. Eran conocidos antes de la Guerra Civil Española por lo cual no son debidos a combates en estas fechas.

 Impactos de balas en la puerta
Foto Tamorlan Wikimedia Commons

Panorámica de la calle de Alcalá 1890
Foto Moreno 

La Puerta de Alcalá en 1904 Lado este
Fotografía de Laurent
Colección personal de Anne Barcat

No me parece muy acertado plantar arboles delante de semejante monumento, restándole visibilidad y altura. Está mucho mejor hoy. 

Durante la Guerra civil fue un lugar de combate durante el golpe de Casado, pero parece que no sufrió daños, aunque hay quien sostiene que sí. Si es cierto, los daños se añadieron a otros conocidos anteriormente.

En 1976, se la declara Monumento Histórico Artístico nacional.

Fuentes: Wikipedia, Urbanity.es, Historia de Madrid, Concepción LOPEZOSA APARICIO Precisiones y nuevas aportaciones sobre la primitiva Puerta de Alcalá. Del Arco de Cajés a la propuesta de Ardemans, Pedro de RÉPIDE Las calles de Madrid, Beatriz BLASCO ESQUIVIAS Aquitectura y Urbanismo en las Ordenanzas de Teodoro Ardemans, Aitor GOITÍA CRUZ Diseños de Sabatini para las puertas de Madrid, Colaboración amistosa.

(Continuará)

Anne Barcat

jueves, 17 de febrero de 2011

Madrid y sus nuevos edificios bajo el reinado de Fernando VI


Fernando VI
Retrato de Van Loo
Museo de Bellas Artes de San Fernando
Foto Anne Barcat


Fernando, hijo de Felipe V y de su primera esposa, ocupará el trono a la muerte de su padre en 1746. El reinado de Fernando VI y su esposa Bárbara de Braganza es el de una monarquía apacible, aunque no libre de problemas interiores por las intrigas políticas de  la viuda de Felipe V, Isabel de Farnesio. El nuevo rey no era un déspota en su manera de gobernar el país e Isabel deseaba que llegue cuánto antes, desde Nápoles, su hijo Carlos para ocupar el trono de España; se trataba del futuro rey Carlos III, que sucederá a Fernando VI. 


Bárbara de Braganza
Retrato de Van Loo
Museo de Bellas Artes de San Fernando
Foto Anne Barcat


Este reinado de Fernando VI no fue prolífico en obras para Madrid, ni mucho menos. Pero el país tuvo una economía floreciente gracias al oro y las riquezas llegadas de América y progresaron tanto la industria como la agricultura. Se abrió la Academia de Bellas Artes de san Fernando y continuaron las obras del Palacio Real. 

Capilla del Palacio Real 

El proyecto de Ventura Rodríguez, que era ayudante de Sacchetti, fue elegido antes que el de éste último:

Capilla del Palacio Real por Ventura Rodríguez
Foto de Eric Chan Wikimedia Commons


Aparecieron dos nuevos edificios notorios:


La iglesia y el convento de las Salesas Reales con el nombre de La Visitación de Nuestra Señora, junto a un colegio para doncellas nobles  (1750-1758) François Carlier


Bárbara de Braganza hizo construir un convento con iglesia adyacente para las Salesas Reales con el nombre de La Visitación de Nuestra Señora, así como un colegio para jovencitas de la nobleza. Por miedo a quedarse viuda, deseaba asegurarse un refugio para huir de los enfrentamientos políticos y, de hecho, tuvo unos aposentos reservados en el convento que se encontraban enfrente de los jardines del convento. Hoy en este terreno está la Plaza de la Villa de Paris. 


En la parte del conjunto que da a la calle Bárbara de Braganza se lee una inscripción: "Fernando VI y María Bárbara erigieron y dedicaron en el año 1757 este lugar sagrado a la memoria de la Visitación de la Bienaventurada María Isabel, para educar doncellas nobles en religión y tradición patría". El arquitecto de la iglesia del Pardo, el francés François Carlier fue quien dirigió la obra en estilo rococó junto al aparejador Francisco Mordillo que luego terminó los trabajos con algunos cambios importantes en el proyecto original de Carlier para la iglesia, suavizando el estilo rococó. Ésta ofrecía, y ofrece todavía hoy, un interior barroco suntuoso con los monumentos funerarios de Fernando y de Bárbara. Todo el conjunto estaba marcado por la magnificencia que deseaban los reyes. 

Sección longitudinal y planta de la cúpula del Monasterio de la Visitación Salesas reales 
François Carlier 1750-1753


Las Salesas con sus tres partes fue un derroche económico y el solar ocupado es inmenso. Según nos cuenta Fernández de los Ríos, costó 80 millones de reales de la época que podían haber sido invertidos en obras para la corte. Mesonero Romanos habla incluso de 83 millones y lo documenta gracias a una apostilla del testamento de la Reina. Según el arquitecto Ruíz de Salces que intervendrá en reformas posteriores costó 50 millones. 


Después del fin del reinado de Isabel II, tanto el convento como el colegio fueron desalojados por la amortización de la revolución  septembrina en 1870 y el Estado los destinó a Palacio de Justicia. Se dejó a la iglesia derecho de culto.


Sección de la iglesia de las Salesas
Guía de arquitectura 1700-1800 Ramón Guerra de la Vega, arquitecto


Planta de iglesia de las Salesas
Guía de arquitectura 1700-1800 Ramón Guerra de la Vega, arquitecto


En 1915, un incendio destruyó el conjunto, menos la iglesia, y se mandó reconstruirlo en el estilo original del siglo XVIII,  ya que se habían salvado los muros de carga, las travesías y las fachadas. Después de un concurso, esta reconstrucción fue confiada a Joaquín Rojí. La obra empezó en 1921 y terminó en 1926. A pesar de que unos opinan que fue un proyecto admirable y muy conservador de la estructura del conjunto tal como la había proyectado François Carlier, otros como Elías Tormo no piensa lo mismo. Dice así en su libro Las iglesias del Antiguo Madrid: "Se ha rehecho y aun agrandado el Palacio de Justicia, con extraordinario lujo y gasto, no comentado éste por la gente como el de la obra original de Doña Bárbara, con haberle excedido tanto, e innecesariamente se ha cambiado todo el estilo arquitectónico del exterior, que quedó intacto, por lo cual se ha roto, desdichadamente, la armonía artística con el templo y con la parte misma del convento que se consideraron dependencias de la parroquia desde la expulsión de las monjas."
Más tarde, Ruíz de Salces dividió el Palacio de Justicia en Tribunal Supremo y Audiencia Nacional. Su reforma provocó cambios de niveles de las calles que afectaron al templo y su perspectiva.


La manzana ocupada por el Palacio de Justicia y la iglesia de Nuestra Señora de la Visitación (las Salesas), que hoy acoge a la parroquia de Santa Bárbara, está limitada por la plaza de la Villa de Paris, la calle marqués de la Ensenada, la calle Bárbara de Braganza y la calle del general Castaños con la pequeña plaza de las Salesas cercana.


La fachada principal del Palacio da entrada al Tribunal Supremo y a una gran escalera. Está coronada por tres esculturas: La Ley acompaña a la Equidad y el Derecho. Otras dos esculturas representan el Derecho romano y el Derecho civil. 


Plaza de la Villa de Paris
El Tribunal Supremo y, al fondo, la cúpula de la iglesia de las Salesas Reales
Foto Marcos Quiroga


Detalles arquitectónicos de la fachada principal
Foto Marcos Quiroga


Fachada principal del Tribunal Supremo
Plaza de la Villa de Paris
Foto Marcos Quiroga


En la plaza de la Villa de Paris se pueden ver las estatuas de Fernando VI y de Bárbara de Braganza. La de Fernando es de Giovanni Domenico Olivieri y fue esculpida entre 1750 y 1752. La trasladaron desde Aranjuez a varios lugares para fijarla en esta plaza. La de Bárbara es de Mariano Benlliure (1887) y es la primera obra realizada por el escultor para Madrid. Su pedestal hace juego perfecto con la de Fernando, aunque las dos sean de autores y fechas diferentes.


Estatua de Fernando VI
Escultura de Giovanni Domenico Olivieri Siglo XVIII
 Plaza de la Villa de Paris
Foto Marcos Quiroga


Estatua de Bárbara de Braganza
Escultura de Mariano Benlliure 1887
Plaza de la Villa de Paris
Foto Marcos Quiroga


En la calle de Marqués de la Ensenada, hay otra entrada al Tribunal Supremo coronada por una estatua de la Ley sentada.

Fachada del Tribunal Supremo que da a la calle Marqués de la Ensenada
Foto Marcos Quiroga


El Palacio de Justicia, además de gozar de una reconstrucción parecida al convento original, ha tenido en su interior una remodelación adaptada a las funciones de la jurisprudencia. Los interiores son magníficos, pero no dispongo de fotos para poder mostrarlos. Recomiendo ir a este sitio:
Por el lado de la calle del general Castaños y cerca de la plaza de las Salesas,  tenemos la Iglesia de la Visitación de Nuestra Señora que acoge a la parroquia de Santa Bárbara.

Iglesia de la Visitación de Nuestra Señora  (Las Salesas) y Parroquia de Santa Bárbara
General Castaños, 2
Foto Wikimedia Commons Autor Luís García


Detalles arquitectónicos y esculturales de la iglesia
Foto Marcos Quiroga


La Visitación de María a su prima Elisabeth
Foto Marcos Quiroga


Detalles arquitectónicos y esculturales de la iglesia
Foto Marcos Quiroga


Detalles arquitectónicos y esculturales de la iglesia
Foto Marcos Quiroga


Podrán ver el interior de la iglesia en este sitio muy especializado en su descripción:
http://www.foroxerbar.com/viewtopic.php?t=10124


La iglesia de San Marcos (1749-1753) Ventura Rodríguez


Exterior cóncavo de la Iglesia de San Marcos
Foto Wikimedia Commons Autor Museo8bits


La iglesia, y más tarde parroquia,  de San Marcos se encuentra en la antigua calle de san Marcos, hoy calle Leonardo, nº 10, muy cerca de la plaza de España y del edificio del mismo nombre. Es una iglesia rococó con fuertes rasgos neoclásicos. Esta obra había sido un deseo de Felipe V en agradecimiento por la victoria de Almansa, el 25 de abril de 1707, en el día de san Marcos que le dará su nombre. Mandó hacerla construir sobre un oratorio hecho por Pedro de Ribera. Pero Felipe V muere sin que se haya construido la iglesia y su hijo Fernando da la orden de empezar las obras en 1749. El arquitecto clasicista Ventura Rodríguez será el encargado de ellas y la iglesia estará terminada en 1753. El anterior oratorio era anexo de la parroquia de San Martín, y San Marcos no podrá ser parroquia independiente hasta 1836. Esta iglesia es completamente asimétrica y tiene una planta de cinco elipses. Nadie, al verla exteriormente rodeadas de edificios, puede suponer su belleza arquitectónica interior con bóvedas elipsoidales. Es considerada como una de la mejores obras de Ventura Rodríguez. 


Sección de la iglesia de San Marcos
Guía de arquitectura 1700-1800 Ramón Guerra de la Vega, arquitecto


Planta de la iglesia de San Marcos
Guía de arquitectura 1700-1800 Ramón Guerra de la Vega, arquitecto


En su interior tiene la particularidad de albergar una imagen de la Virgen de la Soledad que, a sus pies, tiene la Santa Faz. A ésta, los madrileños la llaman la Cara de Dios.


La virgen de la Soledad con la Cara de Dios a sus pies
Foto Anne Barcat



Santa Escolástica con su alma en la mano
Escultura de Juan Pascual Mena
Foto Marcos Quiroga



Imagen del Corazón de Jesús
Reproducción fiel de la original desaparecida
Obra de Francisco Font
Foto Marcos Quiroga


La imagen del Corazón de Jesus que vemos aquí en la foto no es la original porque ésta se quemó junto al retablo en el incendio del 11 de mayo de 1925. Nos cuenta Elías Tormo que era "la más antigua y la más importante de todas las de Madrid de esta invocación: sobre una fotografía la ha "copiado" el escultor Francisco Font." El párroco que conoció la antigua dio fe de que era una fiel reproducción de la imagen desaparecida. Después del incendio, la restauración de la iglesia fue encargada al arquitecto Francisco García Navia y se hizo en tan sólo diez meses bajo la vigilancia muy atenta del párroco D. Paulino Corrales.


A pesar de las críticas de Elías Tormo, tal vez demasiado purista, sobre la reconstrucción del Tribunal de Justicia, tanto las Salesas Reales como San Marcos gozaron de un buen trabajo de recuperación del pasado después de los incendios. Hoy Patrimonio debería tomar ejemplo en lugar de derribar todo sin restaurar nada.


Anne Barcat